El famoso contactado y especialista en ovnis, Sixto Paz, visitó Lleida recientemente para divulgar su particular teoría sobre las causas del cambio climático. Según él, la teoría, ciertamente apocalíptica, le fue explicada por seres de otros mundos con quienes mantiene contacto telepático.
— ¿Qué tiene que ver la ufología con el cambio climático?
— En primer lugar, debo decir que desde que se produce el denominado cambio climático hay más avistamientos de ovnis y eso demuestra que los extraterrestres se preocupan por lo que pasa en este mundo.
— ¿Y por qué les preocupa a esos supuestos seres lo que pasa en la Tierra?
— Los humanos somos como una especie de siembra de vida extraterreste. Cuando la tecnología nos permita ir a otros países y acelerar el proceso de la vida, los humanos seremos como dioses para otra nueva civilización. Y eso es lo que ha pasado en la Tierra: siembra de vida, mestizaje, naufragios estelares, colonizaje e incluso deportaciones. Sin tener en cuenta la acción extraterrestre, la vida en nuestro mundo no tiene pies ni cabeza.
— ¿Si existen esos seres por qué no hacen una aparición multitudinaria y se presentan?
— Si hicieran eso es más que probable que los humanos reaccionaran con rechazo y agresividad, tanto que incluso podríamos usar armamento nuclear. Pero no les haríamos daño, sino que sería al contrario. Y eso tampoco les conviene a ellos. En todo caso, es verdad que ese comportamiento esquivo hace que muchos duden de su presencia. Yo creo que ellos esperan el mejor momento para darse a conocer.
— ¿Y qué interés tienen en venir sin dar la cara?
— Para ellos visitar la Tierra es un experimento antropológico y sociológico que les permite analizar evoluciones pasadas. Es parecido a cuando los occidentales van al Amazonas a estudiar a tribus primitivas. Los extraterrestres nos quieren ayudar, pero tampoco pueden cambiar nuestra evolución. Por eso les preocupa el cambio climático.
— Volvamos a ese tema.
— Los extraterrestres nos han dicho que el cambio climático no se debe a la emisión de dióxido de carbono.
— ¿A quién se lo han dicho?
— A nosotros, al grupo de contacto. Nosotros recibimos mensajes de forma telepática, a través de la psicografía (escritura automática). Incluso hemos tenido contacto físico con los tripulantes de las naves y nos han dicho cosas.
— ¿Por ejemplo?
— Pues que el cambio climático se debe a una radiación del centro de la galaxia que es cíclica y que llega con mayor intensidad cada 26.000 años. Y eso es lo que pasó cuando se murieron los mamuts. En todo caso, es verdad que las emisiones de gases aceleran el proceso, que llegará a su apogeo en el 2012.
— ¿Ese será el fin del mundo?
— No, eso siempre se puede revertir. Si sabemos lo que puede pasar, podemos evitarlo.
— ¿Cómo?
— El pensamiento humano lo puede todo. Si unimos nuestras mentes podemos reprogramar el planeta para que no se produzca esta catástrofe.
— Pero, según usted, sólo nos quedan cinco años.
— También hay soluciones solidarias: si Europa y América del Norte se congelan, siempre nos queda América del Sur y África.
— Es curioso porque la emigración actual es la revés.
— Sí, pero así es la vida. La historia de la humanidad se basa en los movimientos migratorios.
— Pero los científicos opinan diferente. ¿Por qué?
— Los juzgados obligaron a Estados Unidos a desclasificar una serie de estudios secretos sobre el tema y esas investigaciones avalan lo que nos dijeron a nosotros hace años.
— Todos los astrónomos que he entrevistado coinciden en que no hay evidencias de vida extraterrestre.
— El gobierno americano y la Nasa saben que existen naves extraterrestres, pero lo ocultan. El astronauta Gordon Cooper, héroe nacional en EEUU, lo ha manifestado en muchas ocasiones, arriesgándose a que lo tomen por un desequilibrado. Yo mismo he tenido siete contactos en los que había periodistas y científicos.
— ¿Por qué contactan con usted y no conmigo?
— Ellos eligen a sus contactados y entre ellos hay gente muy importante, pero lo ocultan porque tienen miedo al ridículo y al desprestigio. A Estados Unidos se le exigió que liberara información sobre la misión del Apolo XI, la que fue a la Luna, y la Nasa dijo que las 700 cajas con todos los informes al respecto habían desaparecido del archivo nacional, de un lugar donde no se pierde ni el tiempo. Algo que es patrimonio de la humanidad no puede desaparecer así y lo peor es que nadie, ni los periodistas, exige que se aclare el tema. Dentro de 50 años nuestros nietos verificarán la existencia de seres de otros mundos y se preguntarán cómo fue posible que hubiera gente que ridiculizara a quienes queremos que se sepa la verdad.
— ¿Cuándo fue su último contacto?
— Fue hace un año en la isla de Pascua. Fuimos 23 personas, entre ellas un psiquiatra, Mario Dussuel, asesor de una comisión de estudio de fenómenos anómalos de las fuerzas aéreas chilenas. Era un escéptico y fue para estudiar el fenómeno patológico de quienes contactamos. Él meditó con nosotros, recibió el mensaje y vio aparecer un objeto. Desde entonces, el psiquiatra también necesita psiquiatra.
— ¿Cómo son los extraterrestres?
— Hay de muchos tipos. Algunos se parecen a nosotros y otros son totalmente diferentes. Yo los he visto de 10 centímetros y también de 10 metros de altura.
— Espero que no jueguen a baloncesto entre ellos.
— En serio, el tema de los ovnis está más vigente que nunca. Los avistamientos son constantes y creo que eso quiere decir que va a pasar algo extraordinario y positivo.
Diego Aránega – Lamañana.es