Un paleontólogo escocés asegura que Nessie fue una idea publicitaria del dueño de un circo.
El monstruo del lago Ness, ese animal fabuloso cuya leyenda atrae todos los años a cientos de visitantes de todo el mundo a tierras escocesas, pudo ser una gran «idea publicitaria» del dueño de un circo al ver uno de sus elefantes bañarse en ese lago.
Esa es al menos la teoría que expone Neil Clark, paleontólogo del Hunterial Museum de la Universidad de Glasgow (Escocia) en el último número de un boletín científico titulado «Open University Geological Society Journal».
Según Clark, que ha dedicado dos años a investigar la leyenda tejida en torno al famoso monstruo, en 1933, el año en que se vio por primera vez en tiempos modernos a Nessie, como se conoce al monstruo, el empresario circense ofreció 20 mil libras de entonces a quien lograse capturar a ese animal para su circo londinense.
El paleontólogo, que ganó notoriedad en 2004 al descubrir la huella de un dinosaurio de 165 millones de años de antigüedad en la isla de Skye, afirma que la leyenda en torno a Nessie es «en buena parte fruto del siglo XX».
«La mayoría de las (supuestas) visiones (del monstruo) se produjeron en 1933, cuando se completó la carretera A82 que discurre al oeste del lago de Ness», explicó Clark.
Muchas de esas imágenes corresponden a troncos flotantes o a olas pero a partir de 1933 hay testigos que dicen haber visto una criatura del color gris de un elefante con un largo cuello y una especie de joroba.
«Mis investigaciones indican que se trata de elefantes de circos itinerantes. Camino de Inverness, donde actuaban, los circos hacían una pausa en él lago Ness para permitir el descanso de los animales», explica el paleontólogo.
«Cuando los elefantes se bañaban en el lago, sólo resultarían visibles la trompa y dos jorobas, la primera de las cuales correspondía en realidad a la parte superior de la cabeza del animal», agregó el científico, según el cual esos paquidermos son grandes nadadores.
No es por tanto sorprendente, según Clark, que el empresario ofreciese tanto dinero a quien encontrase al monstruo porque lo tenía ya en su circo.
Clark reconoció, sin embargo, que su teoría no explica supuestas apariciones anteriores -la primera data del siglo VII- o posteriores del monstruo, por lo que nunca se sabrá realmente todo lo que esconden las aguas de ese lago.
«Estoy seguro, sin embargo, de que no se trata de ningún animal prehistórico», afirmó.