17 septiembre, 2016
El pasado Jueves el Comodoro (RE) Rubén Lianza dio la primera conferencia pública de la CEFAe en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) de la ciudad de Buenos Aires. Estuvo en el auditorio el Dr. Jacques Vallée, quien el mismo día había llegado a la Argentina para participar en el rodaje del documental “Humano. El Llamado Guaraní”, dirigido por el realizador Alan Stivelman. La película está inspirada en el relato de una abducción que estudió el antropólogo Diego Viegas, autor de un reciente libro donde se ocupa del caso.
Lianza. Durante su conferencia el 15 de Septiembre de 2016.
El 15 de Septiembre asistimos a un módico alineamiento planetario. O a una extraña fusión de las fuerzas de la tierra, que exploran los misterios de la Pachamama, y las del viento, perforados por mirage que se alejan en la lontananza, a la caza de prodigiosos portentos aéreos. Ese día, una convergencia de casualidades transformó lo que iba a ser una conferencia entre otras en una fecha paradigmática.
El escenario fue el Centro Cultural de la Ciencia (C3), dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en el barrio de Palermo, ciudad de Buenos Aires. Desde las 18:30 hasta cerca de las 20 hs, en un pequeño anexo a la Biblioteca del C3, el Comodoro (RE) Rubén Esteban Lianza, presentó “Metodología de la Investigación de Fenómenos Aeroespaciales”, primera conferencia abierta al público desde que asumió la Dirección de la Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (CEFAe), la oficina dedicada a la recopilación e investigación de informes de presuntos ovnis de la Fuerza Aérea Argentina.
Horas antes, aterrizaba en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza el avión que traía al Dr. Jacques Vallée por segunda vez a la Argentina. El autor de “Pasaporte a Magonia” llegó para reencontrarse con Juan Oscar Pérez, protagonista de un caso de abducción ocurrido en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, el 6 de Septiembre de 1978. La primera vez que Vallée estuvo en el país fue de la mano de Fabio Zerpa, cuando vino a presentar una conferencia y a recorrer varios puntos de la geografía argentina, calientes por el clima de oleada que irradió una película que también tocaba a Vallée, Encuentros cercanos del tercer tipo (Steven Spielberg, 1977).
Jacques Vallée junto a Alan Stivelman. Al finalizar la conferencia de Lianza, en el C3 del Polo Científico, dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación.
En esta ocasión su anfitrión es Alan Stivelman. El director lo entrevistará para su documental Humano. El Llamado Guaraní, segunda entrega de una posible saga que comenzó en 2013. Stivelman le propuso a Vallée viajar a la Argentina y a él no sólo le gustó el proyecto sino que le entusiasmó la posibilidad de enterarse de primera mano cómo había seguido su vida aquel joven abducido, 36 años después. Stivelman conoció a Lianza hace poco, buscando locaciones para sus entrevistas. No bien supo de la inminente llegada al país del astrofísico en el cual Spielberg se inspiró para crear el personaje de Claude Lacombe (el científico francés que coprotagoniza “Encuentros Cercanos”), Lianza le sugirió a Stivelman que lo invitara a su charla. El cineasta no aseguró nada: Vallée llegaba el mismo día, muy temprano. A sus 77 años, era previsible que declinara el convite. “Vallée ya no es aquel pibe que trepaba atlético a los morros de Río de Janeiro”, podría uno pensar. ¡Craso error! No sólo aceptó encantado sino que oyó con absoluta atención los 100 minutos de una conferencia dictada en español colmada de localismos (con los que Lianza intenta hacer sus charlas más entretenidas) y donde, sin duda, debió escuchar unas cuantas cosas que ya sabía o no acordaba, a un ritmo vertiginoso.
Las ideas de Lianza sobre la ufología están en las antípodas de las de Vallée. Para él la ufología es muchísimo menos relevante que la ifología: la primera se ocupa del 5% de los casos y la segunda del 95% restante. “Si el 95% de los casos corresponden a IFOs (Objetos Voladores Identificados) ¡eso es casi todo! El ufólogo uruguayo Willy Smith (creador del Proyecto UNICAT con J.A. Hynek) decía que la ufología sólo debe estudiar ese residuo, pero si es así ¿quién estudia el 95% restante? ¿Quién identifica esos casos?”. Cuando hace casi dos años Lianza asumió la Dirección de la CEFAe heredó una estructura integrada por ufólogos civiles. “He conocido ufólogos, incluso extranjeros, que confunden satélites espejados geodésicos con objetos extraordinarios. Es el caso del Ajisai japonés, al que algunos han bautizado simpáticamente ‘el pacman’”, dice.
Lianza en el “mini NORAD” del CEFAe, en el Edificio Cóndor, sede de la Fuerza Aérea Argentina.
Lianza llegó con un espíritu fundacional. Por un lado porque rebautiza la actividad como ifología; por el otro porque asume el alcance modesto de su accionar. Sin presupuesto para concretar las llamadas investigaciones de campo, Lianza se limita a analizar los casos que llegan al mail del CEFAe. Sus herramientas son el Googlemaps, planetarios digitales y el software necesario para identificar desde lluvias de meteoritos a la reentrada de chatarra espacial, desde planetas hasta cualquiera de los 17.000 satélites que pueden seguir los asociados al NORAD, como los Iridium, cuyo destello, o, mejor dicho, el destello de 110 de sus satélites, son causa constante de confusiones. “El 95% de los casos ovni resultan ser interpretaciones honestas pero erróneas de causas ordinarias, que los testigos, desde el primer momento, toman por extraordinarias”, dice. También tiene una biografía como ufólogo. Es un profesional apasionado, que logra transmitir su entusiasmo por la investigación y el descubrimiento científico hasta a los testigos que escriben a la Fuerza Aérea buscando respuestas. Lianza considera a su trabajo un servicio público. Le encanta imaginar que puede encontrar algo nuevo. “Traiganme algo que me sorprenda”, desafía a los ufólogos. Lamentablemente sobran las historias y faltan las pruebas. Pero eso no le impide desear un mayor presupuesto para incorporar el paquete de sofware Ipaco, desarrollado por Francoise Louange, Antoine Cousyn y Geoff Quick para analizar imágenes no identificadas o disponer de un contador Geiger para detectar posibles rastros de contaminación radioactiva.
Vallée sabe todo eso pero abandonó la línea del análisis caso por caso tras publicar “Anatomy of a Phenomenon” (1965) y “Challenge to Science” (1966), escrito junto a su difunta esposa Janine y traducido como “Fenómenos Insólitos del Espacio”, y “Pasaporte a Magonia” (1969), cuando su prioridad todavía eran las confusiones, las estadísticas, los sistemas de codificación y clasificación de las observaciones.
Desde hace décadas se concentra en avistamientos antiguos, como los que ha desarrollado en “Wonders in the Sky” (con Chris Aubeck, 2011), o contemporáneos que considera “sin explicación”. En tales casos busca establecer conexiones o trazar paralelismos al servicio de una hipótesis en la que trabaja desde los setenta, la llamada Hipótesis del Sistema de Control, según la cual desde hace millones de años una inteligencia “no necesariamente extraterrestre” moldea la evolución de la consciencia humana. La mitología ovni, para Vallée, es parte de un programa de refuerzo que condiciona la opinión de las masas creando ilusiones de diseño, algo así como representaciones holográficas con las que esta inteligencia influye en nuestras instituciones religiosas, estructuras culturales y sistemas políticos.
Lianza todavía no teoriza. Él es un piloto militar, con una licenciatura en Sistemas de Defensa Aeroespacial, aficionado a la astronomía y una envidiable formación científica. Separa las especulaciones de los datos y utiliza una metodología que, por defecto, reduce brutalmente el universo de casos ovni disponibles. “El testimonio sin evidencia física es absolutamente inútil. Se ha pretendido lo contrario durante décadas y así estamos: el relato de un testigo nunca será condición suficiente. La percepción humana es engañosa y falla. La prueba física, en cambio, puede ser condición necesaria y suficiente. Una foto o un video son registros que podemos analizar, lo demás son anécdotas”, dice el militar, reconvocado a la Fuerza para hacerse cargo de esta oficina.
Durante su conferencia Lianza deslumbra por su profesionalismo. Pero también tiene tiempo para citar a Allan Hendry o a Josef Allen Hynek y recordar que algunos ufólogos han coincidido con él en que la prioridad de cualquier interesado en ovnis debe ser… identificarlos, descubrir la causa de los avistamientos, un concepto que a la comunidad de ufólogos, quizás más apegada al realismo fantástico que a la realidad a secas, le cuesta digerir. Su exploración en las sierras del Pajarillo, en el curso de la cual conoció al editor de este blog (ver foto), y en otros sitios donde investigó denuncias de presuntos casos ovni, son las vivencias de donde Lianza toma ejemplos para exponer la ambivalencia de quien sufre una experiencia personal extraordinaria. “Al ovni masivo que vimos el 14 de Junio de 1980 le quise hacer señales con una linterna y una amiga me dijo: ‘no la uses porque se van a venir’. Al final le hice señales. Pero cuando aquel anillo luminoso se apagó pensé ‘Esto tiene que ver con cohetería’”. Efectivamente, se trataba de una nube de combustible ionizada inyectada en la atmósfera por un cohete soviético.
Lianza también expuso las últimas estadísticas del GEIPAN (Groupe d’Études et d’Information sur les Phénomènes Aérospatiaux Non Identifiés), integrante del Centre National d’Études Spatiales (CNES) de Francia. “A partir del año 2007 el GEIPAN comienza a explicar casi todos los casos. Este año han llegado a dar respuesta al cien por ciento de los casos”, se entusiasma.
GEIPAN. Casos explicados (verdes) y no explicados (amarillos) desde los años sesenta.
El autor de “Messengers of deception” quizá no hubiese intervenido durante la conferencia si no fuera porque, sobre el final, se manifestó la inquietud nerviosa de algún ufólogo que reclamó, con gotas de sudor en su frente, recuperar la esperanza para conjurar el desolador panorama que planteaba el ifólogo de la Fuerza Aérea.
Vallée optó por una salida diplomática y se refirió a la necesidad de una coordinación internacional de esfuerzos como los que hace el director de la CEFAe, cuya prédica en el desierto es fácil de imaginar y a quien, al parecer, le falta trabar relaciones fraternas con los organismos colegas que funcionan en Francia, Chile, Perú y Uruguay.
“Humano. El Llamado Guaraní” en rodaje. Diego Viegas, Juan Oscar Pérez y Néstor Berlanda.
Los dueños de los próximos días serán Vallée y el equipo de rodaje de “Humano. El Llamado Guaraní”. Tal vez en el Observatorio Oro Verde, cerca de donde yace la escotilla desprendida de la Salyut 7, se reencontrará con Juan Oscar Pérez, el abducido de Venado Tuerto oriundo de la provincia de Entre Ríos, conocerá al Dr. Néstor Berlanda, psiquiatra de la Universidad Nacional de Rosario, Presidente de la Fundación Mesa Verde y coautor con el psicólogo Juan Acevedo de “Los extraños” (Emece, 2000), el primer libro que aborda la cuestión de las abducciones desde una perspectiva próxima a la de Vallée e incluye el relato de Juan, y conversará con el Antropólogo Cultural Diego Rodolfo Viegas, compilador del flamante “Antropología Transpersonal. Sociedad, Cultura, Realidad y Conciencia” (Biblos, 2016), donde hace un polémico pero jugoso análisis de la experiencia que aborda la película de Stivelman.
En un capítulo titulado “El caso Pérez: ¿extraterrestres o iniciación trunca?”, Viegas rechaza por simplistas a quienes vieron en los raptores (una especie de “pareja despareja”) a émulos oníricos de R2D y C3PO de “La guerra de las galaxias”, cuestiona a los que interpretaron la misma escena en clave interplanetaria y explica por qué toma el rumbo que, intuimos, irá la película: la marcha chamánica. Allí, donde hay humanoides, habrá Pomberos o Yasí-Yateré (para el pequeño) o criaturas de la mitología guaraní como mboì-tu’í (para el alto), y donde había superpoderes extraterrestres, ahora habrá corazonadas, premoniciones y empatías con el mundo animal propias de ese curandero en que se está por transformar, o no, el protagonista.
La historia es fascinante y sin duda prometedora. Veremos cómo sigue.
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