La primera abducción conocida -la del matrimonio formado por Betty y Barney Hill- ocurrió en Estados Unidos en 1964, aunque nada se supo de ella hasta que cinco años después el periodista John G. Fuller la contó en su libro ‘El viaje interrumpido’. Acogido al principio con escepticismo, este tipo de relatos se hizo poco a poco hueco en la mentalidad estadounidense. Así, en 1997, la mitad de los participantes en una encuesta de CNN/Time estaba convencida de que habitantes de otros planetas visitan la Tierra para secuestrar a seres humanos.
El ‘caso Hill’ estableció el guión general de las abducciones. La pareja volvía en coche de vacaciones cuando descubrió una luz en el cielo que les perseguía, se pararon en la cuneta para observarla y al final se desviaron por carreteras secundarias para intentar despistarla. Llegaron a su casa de Portsmouth dos horas después de lo previsto. Betty empezó a leer libros de ovnis y a tener a pesadillas. Acudieron a la consulta del psiquiatra Benjamin Simon y, bajo hipnosis, relataron una historia de abducción. Habían sido sometidos a examen médico en un platillo volante y después liberados, con la memoria convenientemente borrada. El relato de los Hill, que fueron hipnotizados por separado, tiene muchas inconsistencias. Los visitantes de Betty hablaban en inglés; los de Barney carecían de boca. En el caso de la mujer, sabían manejar la cremallera del vestido; en el del hombre, ignoraban lo que era una dentadura postiza. El psiquiatra que trató al matrimonio concluyó que la historia había sido creada por Betty, a la que interesaban los ovnis y que había contado sus pesadillas a Barney hasta que éste acabó incorporándolas a sus recuerdos.
Los Hill nunca mintieron; pero jamás se encontraron con alienígenas, salvo en los sueños de Betty. Todos los elementos de la historia procedían de la cultura popular, incluso los extraterrestres de ojos envolventes, que, diez días antes de aparecer en una de las sesiones de hipnosis, habían protagonizado un episodio de la serie ‘The outer limits’.
¿Pero qué fue la luz que vieron en el cielo? El estudioso del mito ovni y astrónomo aficionado Robert Sheaffer, autor del libro ‘Veredicto ovni’ (1980), cree que Júpiter. ¿Por qué? Porque los Hill recordaban haber visto el objeto por primera vez encima de una estrella que estaba cerca de la Luna. Pero aquella noche había dos luces brillantes junto al satélite: Saturno -la ‘estrella’- y Júpiter.